En informática, la unidad de disco duro o unidad de disco rígido (en inglés: Hard Disk Drive, HDD) es el dispositivo de almacenamiento de datos que emplea un sistema de grabación magnética para almacenar datos digitales. Se compone de uno o más platos o discos rígidos, unidos por un mismo eje
que gira a gran velocidad dentro de una caja metálica sellada. Sobre
cada plato, y en cada una de sus caras, se sitúa un cabezal de
lectura/escritura que flota sobre una delgada lámina de aire generada
por la rotación de
los discos. Es memoria no volátil.
El primer disco duro fue inventado por IBM
en 1956. A lo largo de los años, los discos duros han disminuido su
precio al mismo tiempo que han multiplicado su capacidad, siendo la
principal opción de almacenamiento secundario para PC desde su aparición en los años 1960.1
Los discos duros han mantenido su posición dominante gracias a los
constantes incrementos en la densidad de grabación, que se ha mantenido a
la par de las necesidades de almacenamiento secundario.1
Los tamaños también han variado mucho, desde los primeros discos IBM hasta los formatos estandarizados actualmente: 3,5 " los modelos para PC y servidores, 2,5 " los modelos para dispositivos portátiles. Todos se comunican con la computadora a través del controlador de disco, empleando una interfaz estandarizado. Los más comunes hasta los años 2000 han sido IDE (también llamado ATA o PATA), SCSI (generalmente usado en servidores y estaciones de trabajo). Desde el 2000 en adelante ha ido masificándose el uso de los Serial ATA. Existe además FC (empleado exclusivamente en servidores).
Para poder utilizar un disco duro, un sistema operativo debe aplicar un formato de bajo nivel que defina una o más particiones. La operación de formateo requiere el uso de una fracción del espacio disponible en el disco, que dependerá del formato empleado. Además, los fabricantes de discos duros, unidades de estado sólido y tarjetas flash miden la capacidad de los mismos usando prefijos SI, que emplean múltiplos de potencias de 1000 según la normativa IEC y IEEE, en lugar de los prefijos binarios, que emplean múltiplos de potencias de 1024, y son los usados por sistemas operativos de Microsoft.
Esto provoca que en algunos sistemas operativos sea representado como
múltiplos 1024 o como 1000, y por tanto existan confusiones, por ejemplo
un disco duro de 500 GB, en algunos sistemas operativos sea representado como 465 GiB (es decir gibibytes; 1 GiB = 1024 MiB) y en otros como 500 GB.
Al principio los discos duros eran extraíbles, sin embargo, hoy en
día típicamente vienen todos sellados (a excepción de un hueco de
ventilación para filtrar e igualar la presión del aire).
El primer disco duro, aparecido en 1956, fue el Ramac I, presentado con la computadora IBM 350: pesaba una tonelada y su capacidad era de 5 MB. Más grande que una nevera actual, este disco duro trabajaba todavía con válvulas de vacío y requería una consola separada para su manejo.
Su gran mérito consistía en el que el tiempo requerido para el acceso
era relativamente constante entre algunas posiciones de memoria, a
diferencia de las cintas magnéticas, donde para encontrar una
información dada, era necesario enrollar y desenrollar los carretes
hasta encontrar el dato buscado, teniendo muy diferentes tiempos de
acceso para cada posición.
La tecnología inicial aplicada a los discos duros era relativamente
simple. Consistía en recubrir con material magnético un disco de metal
que era formateado en pistas concéntricas, que luego eran divididas en
sectores. El cabezal magnético codificaba información al magnetizar
diminutas secciones del disco duro, empleando un código binario de
«ceros» y «unos». Los bits o dígitos binarios así grabados pueden
permanecer intactos años. Originalmente, cada bit tenía una disposición
horizontal en la superficie magnética del disco, pero luego se descubrió
cómo registrar la información de una manera más compacta.
El mérito del francés Albert Fert y al alemán Peter Grünberg (ambos premio Nobel de Física por sus contribuciones en el campo del almacenamiento magnético) fue el descubrimiento del fenómeno conocido como magnetorresistencia gigante,
que permitió construir cabezales de lectura y grabación más sensibles, y
compactar más los bits en la superficie del disco duro. De estos
descubrimientos, realizados en forma independiente por estos
investigadores, se desprendió un crecimiento espectacular en la
capacidad de almacenamiento en los discos duros, que se elevó un 60 %
anual en la década de 1990.
En 1992,
los discos duros de 3,5 pulgadas alojaban 250 MB, mientras que 10 años
después habían superado 40 GB (40 000 MB). En la actualidad, ya contamos
en el uso cotidiano con discos duros de más de 5 TB, esto es, 5000 GB (5 000 000 MB).
En 2001 fue lanzado el iPod,
que empleaba un disco duro que ofrecía una capacidad alta para la
época. Junto a la simplicidad, calidad y elegancia del dispositivo, este
fue un factor clave para su éxito.
En 2005 los primeros teléfonos móviles
que incluían discos duros fueron presentados por Samsung y Nokia,
aunque no tuvieron mucho éxito ya que las memorias flash los acabaron
desplazando, debido al aumento de capacidad, mayor resistencia y menor
consumo de estas últimas.
http://es.wikipedia.org/wiki/Unidad_de_disco_duro